lunes, 30 de noviembre de 2009

LEONARDO, CODEX ROMANOFF



Sobre hábitos y costumbres que han de ser correctas en la mesa:


Ningún invitado ha de sentarse sobre la mesa, ni de espaldas a la mesa, ni sobre el regazo de cualquier otro invitado".
No ha de poner trozos de su propia comida de aspecto desagradable o a medio masticar sobre el plato de sus vecinos sin antes preguntárselo".
No ha de enjugar su cuchillo en las vestiduras de si vecino de mesa".
Tampoco ha de prender fuego a sus compañeros mientras permanezca en la mesa".
Y si ha de vomitar, entonces debe abandonar la mesa".
Ningún invitado ha de poner la pierna sobre la mesa.
Tampoco ha de sentarse bajo la mesa en ningún momento.
No debe poner la cabeza sobre el plato para comer.
No ha de tomar comida del plato de su vecino de mesa a menos que antes haya pedido su consentimiento.
Ni utilizar su cuchillo para hacer dibujos sobre la mesa.
No ha de limpiar su armadura en la mesa.
No ha de tomar la comida de la mesa y ponerlo en su bolso o faltriquera para comerla más tarde.
No ha de morder la fruta de la fuente de frutas y después retornar la fruta mordida a esa mismo fuente.
No ha de escupir frente a él.
Ni tampoco de lado.
No ha de pellizcar ni golpear a su vecino de mesa.
No ha de hacer ruidos de bufidos ni se permitirá dar codazos.
No ha de poner los ojos en blanco ni poner caras horribles.
No ha de poner el dedo en la nariz o en la oreja mientras está conversando.
No ha de hacer figuras modeladas, ni prender fuegos, ni adiestrarse en hacer nudos en la mesa (a menos que mi señor así se lo pida).
No ha de dejar sueltas sus aves en la mesa.
Ni tampoco serpientes ni escarabajos.
No ha de tocar el laúd o cualquier otro instrumento que pueda ir en perjuicio de su vecino de mesa (a menos que mi señor así se lo requiera).
No ha de cantar, ni hacer discursos, ni vociferar improperios ni tampoco proponer acertijos obscenos si está sentado junto a una dama.
No ha de conspirar en la mesa (a menos que lo haga con mi señor).
No ha de hacer insinuaciones impúdicas a los pajes de mi señor ni juguetear con sus cuerpos.
No ha de golpear a los sirvientes (a menos que sea en defensa propia)
Y si ha de vomitar, entonces debe abandonar la mesa.

De la manera correcta de sentar a un asesino a la mesa :


"Si hay un asesinato planeado para la comida, entonces lo más decoroso es que el asesino tome asiento junto a aquel que será el objeto de su arte (y que se sitúe a la izquierda o a la derecha de esa persona dependerá del método del asesino), pues de esta forma no interrumpirá tanto la conversación si la realización de este hecho se limita a una zona pequeña . En verdad, la fama de Ambroglio Descarte, el principal asesino de mi señor Cesare Borgia, se debe en gran medida a su habilidad para realizar su tarea sin que lo advierta ninguno de los comensales y, menos aún, que sean importunados por sus acciones. Después de que el cadáver (y las manchas de sangre, de haberlas) haya sido retirado por los servidores, es costumbre que el asesino también se retire de la mesa, pues su presencia en ocasiones puede perturbar las digestiones de las personas que se encuentren sentadas a su lado y en este punto un buen anfitrión tendrá siempre un nuevo invitado, quien habrá esperado fuera, dispuesto a sentarse a la mesa en este momento....".


ALGUNAS RECETAS:


*El pan y la carne I:
Me he puesto a pensar en tomar un trozo de pan y colocarlo entre dos pedazos de carne, mas ¿cómo deberé llamar este plato?.
*El pan y la carne II:
¿Y si dispusiera la carne entre dos trozos de pan?.
*El pan y la carne III:
(…) La rebanada de carrillo de buey deberá ir entre sendos pedazos de pan y no al revés. Será un plato como no se ha visto nunca antes en la mesa de mi señor Ludovico Sforza. Ciertamente, se podría disponer toda suerte de cosas entre los panes: ubres, testículos, orejas, rabos, hígados. Los comensales no podrán observar el contenido al entrarle con sus cuchillos. Lo llamaré, por esta razón, pan con sorpresa”.

Pastillas de vaca:
El método de los priores de San Angelo, que toman pastillas en Cuaresma, y las emplean también para restaurar las fuerzas de sus compañeros, es como sigue: Reducen tres vacas a una esencia, lo cual hacen cociéndiolas y luego poniendo las carnes que quedan en el puchero tras pasarlas por sus prensas y rodillos hasta que obtienen una sustancia sólida que no pesa más de 400 escrúpulos ( 340 grs.). Esto lo colocan luego en un pequeño caldero que contiene 6 (de la medilla que llaman ellos) etti (0,5 kgs.) de fino azúcar siciliano (de caña) hecho por su boticario. Y luego hierven esto junto hasta que espesa, se reduce de tamaño y se transforma en esencia. A continuación llevan el caldero al lugar más alto del priorato y con una cuchara de madera lo arrojan gota a gota sobre una plancha de mármol colocada en el suelo bajo ellos, y allí se forman las pastillas. Estas son las que toman en Cuaresma, y que también emplean para restaurar fuerzas de sus campaneros. Y me han dicho que en una de estas pastillas hay sustancias nutritivas en cantidad suficiente para que una persona pueda sobrevivir por tres días sin tomar ningún otro alimento sino únicamente agua. Ahora estoy resuelto a preguntar al prior si acaso podría también reducir seis ovejas para hacer una pastilla de oveja, y seis cerdos para hacer una pastilla de cerdo, y las patas de doscientas ranas para hacer una pastilla de rana. Estoy pensando en la soldadesca de mi señor Ludovico y en el beneficio que podrían obtener con esto, ya que no habría que cargar con vacas y cerdos en su comitiva cuando fueran de marcha.


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